Israel declaró que la operación, acompañada de un ataque aéreo, tuvo lugar el sábado en el corazón de un barrio residencial del campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza era para liberar a rehenes.

La oficina de derechos humanos de la ONU ha afirmado este martes que los asesinatos de civiles en Gaza durante la operación sionista para presuntamente liberar a cuatro rehenes y que terminó en una masacre de casi 300 personas podrían constituir crímenes de guerra.

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Israel declaró que la operación, acompañada de un ataque aéreo, tuvo lugar el sábado en el corazón de un barrio residencial del campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza era para liberar a rehenes; sin embargo, se saldó como una masacre en la cual más de 270 palestinos fueron asesinados, según funcionarios sanitarios de Gaza.

De acuerdo al portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Jeremy Laurence, «La forma en que se llevó a cabo la incursión en una zona tan densamente poblada pone seriamente en duda que las fuerzas israelíes respetaran los principios de distinción, proporcionalidad y precaución, tal y como se establecen en las leyes de la guerra».

Los informes de testigos presenciales describen cómo Israel utilizó camiones de ayuda humanitaria para entrar en la zona antes de lanzar su ataque. La ONU también está «profundamente consternada por el hecho de que los grupos armados palestinos sigan reteniendo a muchos rehenes, la mayoría de ellos civiles».

«Cientos de palestinos, muchos de ellos civiles, resultaron muertos y heridos», afirmó Laurence.

Israel lanzó su escalada genocida contra Gaza con el pretexto de una represalia por los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023.

La ofensiva israelí ha matado a más de 37.000 personas en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Sanidad del territorio palestino, cifras que ha convalidado la ONU.

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